¿Influye nuestro estado financiero en la salud mental?
Las personas tenemos, a lo largo de nuestra vida, preocupaciones muy distintas (qué estudiar en un futuro, cambiar de trabajo, conciliar la vida laboral y familiar…), pero hay una que se repite con frecuencia: nuestra situación económica. Es cierto que el dinero no da la felicidad, pero si nuestra salud financiera es buena y nuestras finanzas están saneadas, gozar de buena salud física y mental es mucho más fácil.
¿A qué nos referimos con salud mental?
Nos encontramos en un momento en el que la salud mental se encuentra a la orden del día, pero, ¿sabemos realmente qué significa este concepto?
La salud mental es el análogo de la salud física, pero referido a la mente. Podría definirse como el equilibrio que una persona siente en su entorno socio-cultural, laboral e interpersonal, pudiendo alcanzar un bienestar vital. ¿Cómo tener buena salud física y mental? Guardando un equilibrio interno, haciendo cosas que nos hagan sentir plenas y rodeándonos de seres queridos principalmente.
Ese bienestar se puede ver perturbado por diferentes sucesos: estrés, la muerte de un familiar, una pandemia… y también la situación económica.
¿Y la salud financiera qué es?
La salud financiera es el bienestar y la estabilidad económica, significa mantener un equilibrio entre los gastos y los ingresos y, además, capacidad de ahorro para preparar un colchón de cara al futuro. En resumen, consiste en no gastar más de lo que tenemos y guardar todos los meses un pequeño porcentaje de dinero.
Los españoles tenemos esta asignatura suspensa, ya que nuestra estabilidad económica personal suele ser algo pobre o deficiente, sobre todo si la comparamos con otros países de la Unión Europea. Nuestro diagnóstico es que ahorramos poco y nos endeudamos con frecuencia; nuestra cura viene de la mano de la educación financiera.
¿Nuestro estado financiero afecta a la salud física y mental?
Las preocupaciones de las personas suelen coincidir principalmente en tres puntos: las finanzas personales, la salud de uno mismo y el ámbito laboral.
Nos preocupa financiar los estudios universitarios sin una beca, financiar la entrada de una vivienda, comprar un coche, tener un colchón que nos ayude durante la jubilación… Todas estas inquietudes que tienen que ver con la economía personal se traducen en angustia, nerviosismo y ansiedad, pudiendo llegar a niveles muy elevados dependiendo de la persona.
Por eso tener buena salud financiera es imprescindible para poder vivir sin preocupaciones, manteniendo a raya el famoso “estrés financiero”, que surge cuando nos encontramos ante situaciones económicas a las que no podemos hacer frente, y eso nos provoca ansiedad.
¿Cómo cuidar la salud financiera para disfrutar de una buena salud física y mental?
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España han elaborado un Plan de Educación Financiera en el que recogen la importancia de hacer una buena gestión de nuestro patrimonio, y unas pautas para conseguirlo. ¿Quieres saber cómo mejorar tus finanzas? ¡Toma nota!
Conocer nuestra situación económica real
Planificar es vencer. Por eso, elaborar un presupuesto que nos permita conocer nuestra situación económica real es fundamental, y es algo que no solemos hacer.
Para conocer nuestra realidad monetaria, podemos servirnos de programas informáticos como Excel que nos lo facilitan, o recurrir al tradicional boli y papel.
Lo primero que debemos hacer es recoger los gastos fijos que solemos tener mensualmente (alquiler, hipoteca, luz, agua, gas…) y también los previsibles a corto plazo, como por ejemplo el material escolar cuando empieza septiembre o los regalos de navidad en diciembre y enero.
Esto nos permitirá anticiparnos y saber qué volumen de gasto aproximado tendremos que afrontar.
Control y gestión de los gastos
Realizar un registro de nuestras finanzas nos permitirá saber en qué gastamos nuestro dinero. Anota qué gasto has hecho y defínelo: ¿ha sido un capricho prescindible o era algo totalmente necesario?
Etiquetar de esta manera nos permitirá, a final de mes, hacer un balance de lo que hemos gastado y reconocer qué es lo que realmente importa.
Ahorrar mes a mes es fundamental
Se puede ahorrar de diferentes formas, siendo la más frecuente la técnica del 50/30/20, según la cual:
- El 50% de los ingresos deberían destinarse a cubrir los gastos fijos (renta, suministros, alimentación, la gasolina…).
- El 30% se destinarían a los gastos personales útiles, pero no imprescindibles: la cuota del gimnasio, las clases de pilates, unos zapatos nuevos…
- El 20% sería dinero que ahorraríamos.
No obstante, esta técnica no sirve para todos los rangos de sueldo: las familias que perciben entre 2.500 y 3.000 euros al mes podrán vivir perfectamente con ello, pero los sueldos inferiores deberían ajustar un poco más su estilo de vida, ya que lo contrario implicaría una pérdida de ahorro que deberá ser compensada con deuda.
Si crees que esta técnica no te sirve, aquí tienes un par de ideas más:
- Guardar una cantidad de dinero X, por pequeña que sea, cuando percibes la nómina.
- Mediante el redondeo.
- Guardando el dinero que te sobre a final de mes, aunque esta no es la más aconsejable.
Además, te aconsejamos que ese dinero que vayas guardando no lo deposites en una cuenta corriente, que es lo que hace la mayoría de la gente. Es mejor que te informes en tu entidad financiera sobre los depósitos y lo guardes en algo pensado para eso.
No importa cuánto dinero ahorres, lo importante es adquirir el hábito y guardar todos los meses un poco de dinero. Nunca se sabe cuándo puede llegar una época de vacas flacas y lo puedes necesitar.
Gestión de la deuda
¿Estás pensando en solicitar un préstamo? No te preocupes, lo primero que debes hacer es saber para qué quieres ese dinero, reconocer si se trata de algo imprescindible o no, y catalogarlo como buena, mala o muy mala deuda:
- La buena deuda es aquella que tiene que ver con el patrimonio y con cuestiones personales: comprar una vivienda, un coche para ir a trabajar, un préstamo para estudiar…
- La mala deuda engloba a esas cosas que no son necesarias como comprar una tele nueva, o los préstamos que tienen un plazo de amortización superior a la vida del producto financiado, como por ejemplo seguir pagando las vacaciones después de haberlas disfrutado.
- Las deudas conocidas definidas como muy malas son aquellas cuyo TAE es muy elevado, los descubiertos en cuenta, los créditos en cajeros automáticos…
Para gestionar estos préstamos de la mejor manera posible, aquí tienes una serie de consejos:
- Pagar en los plazos establecidos; así evitarás que los intereses se disparen y tengas que pagar más.
- Solicitar solo aquellos que realmente necesitas para que, si tienes que generar deuda, que sea buena.
- No acumular
Adelantarse a los imprevistos con un colchón financiero
La mejor forma de hacer frente a los imprevistos económicos es contar con un colchón financiero que te permita hacerle frente. Y ese colchón solo se consigue ahorrando mes a mes.
¿Cuánto dinero debo tener ahorrado? La respuesta es depende, ya que no es la misma capacidad de ahorro la que tenemos con 30 años que con 60. No obstante, podrían establecerse unas normas:
- Con 20 años, lo ideal es que tengas ahorrado el 25% de tu salario anual.
- Durante los 30, deberías ahorrar el 100% de tu salario anual.
- Cuando lleguen los cuarenta, deberías tener ahorrado el doble de tu sueldo anual.
Y así progresivamente.
Sácale todo el partido a Ruralvía para gozar de buena salud financiera
La vida es muy cambiante, y no podemos predecir lo que pasará mañana, por eso es importante aprovechar los momentos en los que nuestra salud financiera es buena para crear un colchón que nos ayude cuando lo necesitemos.
Por suerte, los bancos y las aplicaciones bancarias se han ido perfeccionando con los años, y han diseñado diferentes herramientas y fórmulas que ayudan a los usuarios a gestionar su dinero con las duchas digitales o el ahorro por redondeo, por ejemplo.
En el Grupo Caja Rural ponemos a disposición de nuestros clientes el servicio “Mis Finanzas”, una herramienta integrada en la APP que te permitirá conocer tu situación financiera y controlar tu dinero. El servicio incluye la funcionalidad “Mis Metas”, que te permite establecer metas de ahorro para conseguir tus objetivos.