Hoy en día, las tarjetas se han convertido en un recurso imprescindible en nuestra vida. Las utilizamos para muchas operaciones, como sacar dinero del cajero, pagar en la gasolinera o la compra en el supermercado, por ejemplo. Las tarjetas, además, también son muy útiles para organizar nuestros gastos, ya sea gracias al aplazamiento de una compra, recibo o de un impuesto, e incluso hay quien decide utilizar tarjetas virtuales o de recargar para limitar el posible consumo que van a realizar con ellas. Como veréis, son medidas que ayudan a cuidar tu salud financiera, a gastar menos energía en evitar gastos innecesarios.
Hoy os vemos a contar cómo, los clientes de las entidades del Grupo Caja Rural pueden disfrutar de tarjetas seguras, cómodas… ¡y sostenibles! ¿Por qué? Porque las tarjetas de las entidades de Grupo Caja Rural se fabrican con un material ecológico basado en PVC 100% reciclado, lo que significa que reducen su impacto medioambiental al mínimo y evitan la pérdida de residuos en su tratamiento.
Toppan FutureCard, una empresa multinacional con casi veinte años de experiencia en el sector de los servicios bancarios, es la encargada de fabricar estas tarjetas adaptadas al siglo XXI. En este artículo te explicamos cuál es el proceso que siguen y qué materiales reutilizados se emplean en su elaboración.
Las tarjetas del Grupo Caja Rural: 100% ecológicas y sostenibles
La tecnología del PVC que conforma las tarjetas del Grupo Caja Rural está basada en la economía circular, un modelo económico que apuesta por “la producción sostenible de bienes y servicios mientras reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía”. Gracias a esta estrategia productiva, la reutilización y el reciclaje permiten conseguir productos sostenibles de primera calidad que respetan y cuidan del entorno.
Los componentes del PVC proceden de la industria de la construcción, de la industria de fabricación de tarjetas o de las bolsas de plástico, entre otros; y son 100% reciclables desde el punto de vista físico, químico o energético. Después de que se separen a través de un complejo proceso mecánico, se procede a moler el material, lavarlo y limpiar las impurezas. Luego entra de nuevo en el proceso productivo en forma de grano o polvo para fabricar nuevos elementos. Esto permite que el residuo PVC se reduzca a trozos muy pequeños que pueden fundirse para reconvertirse en partículas pequeñas empleadas en la fabricación de las tarjetas bancarias.
La diferencia entre estas y las demás es que tanto el core como el recubrimiento exterior están hechos completamente con PVC. Este material representa el menor impacto medioambiental en comparación con tarjetas normales como el PVC estándar o PET-G, sobre todo en aspectos como la huella de carbono, el agotamiento de recursos hídricos y la formación de ozono fotoquímico. El gran beneficio de este proceso es que permite obtener materiales biodegradables mientras que reduce la producción de PVC virgen, conservando las mismas propiedades y durabilidad que el PVC estándar.
La unión entre el diseño y el formato en el que se hacen las tarjetas de Caja Rural ofrece una doble garantía: por un lado, permite un acabado artístico elegante y sostenible, y añaden una capa de seguridad para mayor tranquilidad de los clientes.
Tu seguridad: una prioridad para las entidades de Grupo Caja Rural
Evitar que sus clientes sean víctimas de algún fraude o ciberdelitos es una prioridad para las entidades de Grupo Caja Rural. En esta línea, las tarjetas que utilizan los clientes de cualquiera de las entidades de Grupo Caja Rural, además de sostenibles son seguras, ya que cuentan con un sistema propio para evitar los fraudes en cualquier tipo de transacción: compras físicas, compras online, transferencias de dinero e incluso operaciones contactless. Además, los clientes pueden activar el sistema biométrico en sus dispositivos móviles y finalizar el pago que realices en comercio físicos o a través de Internet.
Cuando realizas tus compras en internet, por ejemplo, tienes que verificar la propiedad de la tarjeta para asegurarte de que nadie la ha robado o la ha duplicado con la intención de suplantar tu identidad. Si eres cliente de las entidades de Grupo Caja Rural y has activado el sistema biométrico, podrás confirmar el pago a través de tu huella dactilar o de tu rostro. Así, contarás con un método cómodo e inmediato para pagar todos los productos que quieras en tu comercio electrónico preferido.
Con toda esta información, ya sabes cómo puedes hacer uso de este valioso recurso para organizar todos tus pagos siempre que lo necesites. Sácale el máximo partido a tus tarjetas y descubre otras nuevas, como la tarjeta mixta, que dispone de una línea de crédito y otra de débito para que puedas saldar tus deudas sin dificultades.
Disfruta de las tarjetas ecológicas y todas las ventajas de Caja Rural
Si quieres apostar por la sostenibilidad y la seguridad, tanto en las tarjetas que te facilita tu entidad financiera como en otro tipo de productos y servicios, puedes unirte a la familia de Grupo Caja Rural. Para ello solo tienes que descargarte la app ruralvía móvil y seguir el proceso que te irá apareciendo tras pulsar el botón “Hazte Cliente”.
- Elegir la entidad de Caja Rural de la que te quieras hacer cliente.
- Completar la información que te solicitemos a través de un formulario.
- Será importante que tengas el DNI a mano para poder enviarlo en el momento. Tendrás la oportunidad de escanear ambas caras del documento o subir una imagen de cada lado.
- Recibirás una videollamada para confirmar tu identidad.
- Finalizarás el proceso con la firma digital de los documentos.
Si lo prefieres, también puedes acercarte a una oficina de la entidad de Grupo Caja Rural que prefieras y te ayudarán a hacerte cliente en ese mismo momento. Como ves, todo son facilidades para que empieces a formar parte de un sistema de cooperativismo financiero que atiende al bienestar de sus zonas de influencia y de sus habitantes, apuesta por la sostenibilidad, lucha contra la despoblación y por la inclusión financiera.