La cocina en los niños tiene muchos beneficios. Entre ellos, potencia su autoestima y autonomía; mejora su destreza manual; estimula los sentidos; les motiva a recoger y a limpiar y ayuda a crear un fuerte vínculo familiar. Por ello, hoy te proponemos varias recetas sencillas para hacer familia, con las que, además, disfrutar de un rato divertido con los peques.
Es cierto que, en muchas ocasiones, pensar cómo se pone todo y tener que limpiar y recoger la cocina a fondo nos suele echar para atrás. También, creemos que nuestros hijos se pueden cortar, quemar, que no tienen la suficiente destreza o aún les vemos demasiado pequeños. Te animamos a que destierres estas ideas y dediques tiempo a cocinar en familia.
La clave para que el plan salga bien es elegir una receta adecuada a su edad y experiencia entre fogones. Nosotros te proponemos varias, selecciona la que más o apetezca hacer y comer y ¡a disfrutar!
10 recetas sencillas para hacer en familia
- Canelones fríos de jamón york. Elige el relleno que más te guste. Por ejemplo, atún, huevo cocido, pimientos del piquillo y cebolla tierna, ensaladilla o atún con queso crema. La elaboración es súper sencilla. Sólo tienes que mezclar en un bol todos los ingredientes del relleno bien picaditos y poner el relleno en cada loncha de jamón de york. Enróllalos como si fuera un canelón y decora con un poco de mayonesa por encima.
- Ensaladilla rusa. La ensaladilla es un plato muy fácil de hacer. Pela y corta en dados pequeñitos las patatas y las zanahorias y cuécelos. Cuece también los huevos. Cuando esté todo, mézclalo en un bol, junto con latillas de atún, aceitunas y mayonesa. Decora con unas tiras de pimientos del piquillo y ¡listo! La ensaladilla es una receta que acepta un montón de ingredientes. Hay gente que añade variantes, langostinos… elige los ingredientes que más os gusten y será todo un éxito.
- Salmorejo. Esta sopa fría de tomate es uno de los platos estrella del verano en muchos hogares. Su sencillez enamora. Para hacerlo sólo necesitas tomates en rama maduros, aceite de oliva virgen extra, un diente de ajo y pan. Tritura el tomate junto con el diente de ajo. Añade el pan y sigue triturando. Echa un chorrito de vinagre y sal al gusto y tritura. Sin dejar de batir, incorpora poco a poco el aceite para que emulsione y quede la textura perfecta. Decora con trocitos de huevo cocido y taquitos de jamón.
- Crema fría de calabacín. Te proponemos que sea fría porque estos días hace bastante calor, pero la crema de calabacín también está riquísima caliente. Prepararla es tan sencillo como rehogar en una cazuela el calabacín en trozos junto con la cebolla. Añade también una patata troceada y remueve. Cuando esté bien rehogado, añade caldo de verduras y deja cocer unos 20 minutos. Salpimenta al gusto y pásalo por la batidora. Si prefieres una textura más cremosa, puedes añadir nata para cocinar antes de batirlo, esperando a que vuelva a dar todo junto un hervor. Sirve con unos picatostes de pan por encima.
- Lasaña de verano. Si os gusta la lasaña, ésta es perfecta para cuando aprieta el calor y no apetece nada comer platos calientes. Es una lasaña fría rellena de lechuga, pimiento, gambas, cebolla y palitos de cangrejo. Es súper refrescante y está buenísima. Haz las placas como se indique en el envase y reserva. Mientras pela y pica la cebolla y el pimiento rojo en trocitos pequeños y rehógalos en una sartén con aceite de oliva virgen extra. Cuando esté blandito, añade las gambas peladas y remueve. Retíralo del fuego y añade los palitos de cangrejo troceados. Lava y corta la lechuga y ponla en un bol junto con el relleno cuando esté bien frío. Añade unas cucharadas de mayonesa, mezcla para que se integren todos los ingredientes y monta la lasaña, alternando una capa de pasta y una de relleno. Termina con una de pasta y unta mayonesa por encima. Antes de servir, déjala reposar unos minutos en la nevera.
- Ensalada de garbanzos con pulpo y aguacate. Si en tu casa también podríais alimentaros todo el verano a base de ensaladas, ésta os va a encantar. Además, la tendréis lista en menos de 10 minutos. Escurre un bote de garbanzos y lávalos hasta que deje de salir espuma. Ponlos en una ensaladera y añade el aguacate pelado y troceado. Da un golpe de plancha al pulpo cocido, trocéalo e incorpóralo a la ensaladera. También puedes añadir cebolla tierna troceada, tomate, pimiento rojo… Aliña con una vinagreta de aceite de oliva, mostaza y miel. ¡Explosión de sabor asegurada!
- Ensalada de sandía con queso feta. Ésta es otra propuesta sencillísima y riquísima. Trocea la sandía en cuadrados del mismo tamaño. Pela y corta en juliana la cebolleta, el queso feta en dados y los tomates cherry por la mitad. Mezcla todos los ingredientes en una ensaladera, añade unas aceitunas negras, una cucharadita de orégano y unas hojas de menta. Aliña con aceite de oliva virgen extra.
- Ensalada templada de quinoa, pollo y verduras. Pela y corta las verduras que quieras utilizar. Nosotros te proponemos zanahoria, lombarda y espárragos trigueros. Cuécelas en cazuelitas separadas porque sus tiempos de cocción son distintos. Cuece también la pechuga unos 20 minutos en agua con sal cuando esté, sácala y desmenúzala. Cuece la quinoa, tal y como indique el fabricante en el envase. Mientras, prepara el aliño con aceite de oliva virgen extra, zumo de limón y sal. Pon en una ensaladera todos los ingredientes, añade el aliño y mezcla para que se integren los sabores.
- Helado cremoso de plátano. Éste seguro que es el prefe de los peques. Todo lo que lleve la palabra helado les encanta. Además, es una forma ideal para que coman todo tipo de frutas. Para este helado de plátano sólo necesitas dos plátanos maduros y 20 ml de mantequilla de cacahuete sin azúcar y sin sal, natural. Pela y corta los plátanos en rodajas y congélalos en una bolsa apta para congelación durante al menos dos horas. Pasado este tiempo, colócalos en el vaso de la batidora o procesador de alimentos y tritura a alta velocidad en rachas cortas de tiempo, removiendo de vez en cuando. Cuando la textura sea cremosita, añade la crema de cacahuete y vuelve a triturar todo junto hasta obtener una textura helado. Puedes servirlo directamente o meterlo en el congelador alrededor de una hora.
- Sorbete de sandía. Para prepararlo necesitas una sandía sin pepitas, agua, azúcar, zumo de limón y una pizca de sal. Haz un almíbar. Para ello, pon el agua y el azúcar en un cazo, remueve y ponlo a cocer dos minutos. Retíralo del fuego y échalo en otro recipiente para que se enfríe. Tritura la sandía, junto con el zumo de limón y la pizca de sal. Mezcla con el almíbar y mételo al congelador durante unas horas. Remueve de vez en cuando con la ayuda de un tenedor para evitar que se cristalice hasta obtener la textura deseada.
Como ves, todas ellas son recetas sencillas para hacer en familia. ¿Te animas? Además, cocinar en casa, te ayudará a limitar el gasto en comidas y cenas a domicilio. Así, al reducir gastos, mejorarás tu capacidad de ahorro y salud financiera. ¡Todo ventajas!