¿Cuál es el ciclo de la hoja en otoño?
Dejamos atrás uno de los veranos más calurosos que se recuerdan, en el que se ha perdido una gran parte de masa forestal debido a los incendios en bosques, y encaramos ya la época otoñal, una de las más nostálgicas de todo el año en la que se inician actividades tan características como la recogida de setas.
Durante este período, que se extiende desde el 23 de septiembre y el 21 de diciembre, se producen una serie de cambios en la naturaleza muy visibles. Además de la inestabilidad térmica y las lluvias habituales, vemos cómo algunos árboles pierden sus hojas y, en muchos casos, las hojas pasan de ser verdes a ser rojas.
Esto solo sucede con los árboles o las plantas que son caducifolias. Este tipo de plantas no disponen de la capa protectora anticongelante que sí tienen los árboles perennes, y que evita que los vasos de las hojas se congelen por las bajas temperaturas.
¿Qué papel juega la fotosíntesis en la caída de las hojas de otoño?
Lo primero que hay que saber es que, para realizar la fotosíntesis, las plantas necesitan agua, clorofila, dióxido de carbono y luz solar. Sin embargo, en otoño las horas de luz se reducen, lo que debilita la radiación solar que reciben las plantas. Por tanto, cesa la fotosíntesis, lo que hace que la planta tenga que gastar más energía de la que recibe.
¿Cómo se caen las hojas por sí mismas? 🍂
En este proceso de parálisis de la fotosíntesis, se activan las hormonas que provocan la abscisión. Así, se produce un corte en los conductos que transportan agua y nutrientes a las hojas, que dejan de recibirlos. Se comienza a crear una capa celular que corta la hoja sin dañar ni a la rama ni al tallo, hasta que la hoja se desprende.
Hojas de otoño: ¿de qué colores pueden ser?
Otro de los síntomas claros de que ya estamos en otoño es que pasamos de ver árboles con hojas verdes a ver plantas de hojas rojas. Este cambio de color tiene mucho que ver con la pigmentación, que hace que el color cambie según la cantidad de luz solar que reciba.
El pigmento más conocido es la clorofila, que es la sustancia que confiere a las hojas su característico color verde. Tal y como hemos comentado antes, la clorofila es uno de los componentes básicos en el proceso de fotosíntesis.
Sin embargo, para que se produzca la clorofila es necesario que haya luz solar, y en otoño, se reduce. Por tanto, la producción de clorofila también se reduce hasta desaparecer, momento en el que dejamos de ver el color verde en la planta.
Entonces, ¿de qué colores pueden ser las hojas? Con la clorofila fuera de juego, existen otros pigmentos que influyen en la coloración de las hojas de los árboles:
- Carotenoides: son los pigmentos que hacen que percibamos las hojas con tonos marrones y dorados.
- Antocianina: este pigmento es responsable de las hojas de color rojizo que observamos en la naturaleza.
- Flavonoides: el color más característico que este pigmento confiere a las hojas es el amarillo.
¿Por qué algunas hojas no cambian de color?
Ver hojas verdes en otoño también es posible. Los árboles de hoja perenne, como los pinos, producen clorofila de manera constante, ya que cuentan con una cera que les protege frente al frío, y no necesita desprenderse de sus hojas. Esto le permite seguir produciendo clorofila, aunque haya menos cantidad de luz al día.
Por ello, los árboles de hoja perenne mantienen el color verde durante todo el año, aunque sí puede variar ligeramente la tonalidad de verde según la cantidad de clorofila que produzcan.
Plantas, árboles y arbustos de hojas rojas
Si te gusta ver hojas rojas para sentir el otoño en todo su esplendor, estos son los árboles y los arbustos más indicados:
Arce 🍁
Uno de los árboles de hoja roja más bonitos es el arce, concretamente, el canadiense, ya que hay varios tipos de arce y no todos tienen el mismo rojo intenso.
Haya
El haya es otro de los árboles más impresionantes de la época otoñal, no solo por el color rojizo de sus hojas, sino porque la disposición de sus ramas de forma paralela al suelo hace que la superficie terrestre de los hayedos y parques nacionales se cubra con mantos de hojas rojas.
Abedul
Los abedules ofrecen un contraste cromático muy interesante, ya que las hojas rojas y anaranjadas se perciben más intensamente gracias a la corteza blanca que les caracteriza, que hace que destaquen.
Roble americano
El roble americano, cuyas hojas también adquieren tonos amarillos y rojos en otoño, es uno de los más impresionantes debido a su envergadura. De hecho, algunos ejemplares pueden llegar a medir más de 35 metros de alto y tener más de 2 metros de diámetro en su tronco.
Parra virgen
Las viviendas situadas en entornos rurales suelen estar cubiertas por parra virgen, una planta trepadora que muda su color y ofrece una cobertura totalmente roja en otoño.
Liquidámbar
Probablemente, este es uno de los menos conocidos y, sin embargo, es uno de los más estéticos. En primer lugar, porque sus hojas adquieren uno de los rojos más intensos de toda la naturaleza. Y, además, por la característica forma de sus hojas, en forma de estrella dentada.
Aronia arbutifolia
La aronia es un arbusto que pertenece a la familia de las rosáceas, y que en otoño combina el color rojo de sus bayas con la tonalidad rosada de sus hojas.
El ciclo productivo de los árboles y las plantas otoñales está cambiando debido a las consecuencias, cada vez más claras, del calentamiento global. Por ejemplo, este año hemos visto cómo las bodegas han tenido que adelantar la vendimia casi un mes, ya que las altas temperaturas han anticipado la producción de la uva.
Tenemos la responsabilidad moral de velar por la seguridad de nuestros bosques, que son el corazón de la humanidad. Más allá de la belleza que cada época aporte a la masa forestal, es fundamental reconducir nuestras acciones y revertir la complicada situación para que los ciclos naturales se mantengan. De lo contrario, podría llegar un momento en el que el color rojo ya no fuera tan característico de esta época otoñal.