Los criterios ESG se han convertido en un factor determinante a la hora de plantear una inversión económica en una empresa concreta. Y, aunque parece que es un término novedoso, lo cierto es que las inversiones sostenibles no son nuevas en el mercado. De hecho, durante las últimas tres décadas, las estrategias empresariales basadas en criterios ESG se han multiplicado y consolidado de forma clara. En este artículo, te contamos todo lo que debes saber y por qué son tan importantes.
¿Qué son los ESG?
Nunca hay que empezar la casa por el tejado, así que lo primero que debemos hacer es definir qué son los criterios ESG. Estas siglas corresponden a los términos Environmental, Social and Governance. En castellano, también es habitual referirse a ellos como ASG (Ambientales, Sociales y de Gobierno). Es decir, son los criterios que rigen los factores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo que marcan las estrategias de negocio actuales.
De hecho, la toma de decisiones de inversión basadas en los criterios ESG ha dado lugar a una nueva figura: el inversor socialmente responsable. No obstante, la aplicación de criterios ESG trasciende a la parte económica; constituye una nueva forma de cultura corporativa que define parte de la esencia de una compañía integrada en un entorno más sostenible y responsable.
¿Qué relación tienen con las finanzas sostenibles?
Las finanzas sostenibles constituyen un concepto de gran importancia en las empresas actuales, porque han unido dos universos que, hasta el momento, no convergían. Tanto es así que la sostenibilidad y, concretamente, los criterios ESG, se han convertido en el día a día de los inversores, que toman a estos criterios como principal referencia para seleccionar aquellas empresas a las que destinar su inversión y aquellas a las que no.
¿Para qué sirven los criterios ESG y cuáles son?
Los criterios ESG actúan como garantía de responsabilidad social corporativa de una determinada empresa ante los potenciales inversores en ella. No escapa a nadie que la sostenibilidad se ha convertido en un pilar fundamental en la hoja de ruta de cualquier empresa, reforzada también por el objetivo común adoptado a nivel mundial con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Entre estos ODS, cobra especial importancia el nº 8, relacionado con el desarrollo y la economía sostenible.
Por tanto, son los criterios que determinan la capacidad de una empresa en lo que respecta a gestión medioambiental, aspectos sociales y responsabilidad en el gobierno corporativo. Y, debido a que la concienciación con estos tres aspectos es cada vez más inherente a las empresas, los criterios ESG pueden convertirse en la llave que abra la puerta a nuevas inversiones, pero también son un filtro básico para los inversores.
Criterios sociales
Dentro de los criterios sociales, se engloban todas las acciones que tienen un impacto directo en la comunidad social en la que está inmersa la empresa en cuestión.
Es decir, se tienen en cuenta las condiciones laborales dignas, el respeto por los Derechos Humanos, la gestión de las relaciones interculturales, el fomento de la inclusión y el cuidado y protección de una empresa hacia sus propios trabajadores.
Criterios ambientales
Los criterios ambientales son los que rigen la estrategia de la empresa desde el punto de vista de la protección del medioambiente y su relación sostenible y sana con el entorno, creando un impacto positivo en el mismo.
Aquí, los inversores analizan cómo una empresa contribuye a cumplir con los retos medioambientales y los objetivos adoptados a nivel global.
Hoy en día, estos engloban acciones con las que se lucha contra la emisión de gases, que promuevan la descarbonización, la protección de la biodiversidad y la gestión sostenible de los recursos naturales y renovables.
Criterios de gobierno corporativo
Por último, los criterios de gobierno corporativo hacen alusión a la calidad corporativa de la gestión empresarial. Lo que se mide es la aplicación de políticas internas sólidas, coherentes y que se rijan por los códigos de buena conducta que imperan en la sociedad.
Las políticas de transparencia, la adopción de responsabilidades por parte de los Consejos de Administración, los mecanismos de control internos adecuados o el fomento de prácticas éticas como base de cualquier decisión corporativa son algunos de los factores más comunes enmarcados dentro de estos criterios de buen gobierno.
¿Cómo realizar inversiones sostenibles y responsables?
La aplicación de los criterios ESG tiene un objetivo claro en el mundo de las finanzas, y no es otro que realizar inversiones sostenibles y responsables. Para ello, es importante tener en cuenta que las normas que rigen los criterios ESG no se cuantifican fácilmente puesto que, en muchos casos, el valor es intangible.
La inversión sostenible y responsable responde a una estrategia de inversión en la que los factores que influyen en la toma de decisión no son únicamente de rentabilidad económica o riesgo, sino en la que también se tienen en cuenta criterios de responsabilidad medioambiental, corporativa y social.
La clave para realizar inversiones sostenibles y responsables es plantearlas de forma que no solo reporten beneficios económicos, sino que dicha inversión permita generar un impacto positivo en el tejido económico, empresarial y social. Es decir, es una cultura de inversión que va más allá de la rentabilidad económica, sino que busca contribuir a mejorar el desarrollo social a la par que el económico.
En este contexto, surgen cada vez más figuras de inversores especializados en la aplicación de todos estos criterios, y para los que los criterios ESG constituyen un filtro esencial a la hora de planificar una cartera de inversión.
Compromisos del Grupo Caja Rural con los criterios ESG
Las entidades bancarias también debemos promover los criterios ESG a la hora de gestionar los fondos de inversiones. De hecho, en Grupo Caja Rural mantenemos un firme compromiso con las inversiones sostenibles y responsables a través de nuestra gestora de fondos de inversión, que comercializa fondos sostenibles.
Para ello, combinamos activos de renta fija pública y privada y renta variable, con una gran diversificación geográfica y con inversiones en temáticas sostenibles y bonos verdes.
Asimismo, estudiamos el impacto de cada una y nos adaptamos a las necesidades y requerimientos de nuestros clientes, manteniendo siempre la responsabilidad y la sostenibilidad como bandera insignia. Las inversiones económicas son clave para el desarrollo social, y no pueden disociarse de los factores ESG si queremos conseguir un crecimiento integral de la sociedad.
