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Las personas que viven en la ciudad pueden disfrutar de muchas ventajas, como un acceso fácil a los servicios o la posibilidad de tener varios medios de transporte para llegar al trabajo. Sin embargo, muchas veces echan en falta lo que sí hay en el medio rural: aire libre, espacios abiertos para que los niños corran y un ambiente cercano que invita a la relajación. Ayudar a repoblar alguna de las aldeas abandonadas de España es una buena opción para estas personas que desean apostar por una calidad de vida diferente.
Aldeas abandonadas: iniciativas para evitar la despoblación
España es uno de los países más extensos de la Unión Europea con un total de 505.000 kilómetros cuadrados. El principal problema y la causa de la despoblación cada vez más acuciante que sufre nuestro país reside en que, a pesar de tener una amplia superficie, solo estamos habitando el 13% de la misma.
Esto quiere decir que la densidad de asentamiento es de las más bajas de Europa debido a que la mayor parte de los habitantes están concentrados en núcleos urbanos como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Málaga o Bilbao, dejando desprovistas áreas rurales como Castilla y León, Extremadura o parte de Andalucía.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en nuestro país hay más de 3.000 pueblos y aldeas abandonadas que están buscando nuevos residentes. Por ejemplo, la Xunta de Galicia ya ha propuesto la creación de un portal web para vender este tipo de entidades en la región, con el objetivo de luchar contra la despoblación y ofrecer alternativas para evitar la sobrepoblación de los núcleos urbanos.
En este artículo vamos a repasar esta y otras iniciativas que pretenden acercar el encanto de los entornos naturales de las aldeas hasta aquellas personas interesadas en comprarlas o vivir en ellas.
¿Por qué hay tantos pueblos deshabitados en España?
Una de las razones por las que la España rural está deshabitada reside en el éxodo rural que se produjo en la segunda mitad del siglo XX. Según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, como consecuencia de ese cambio de tendencia migratorio, el 90% de los españoles residen actualmente en el 30% del territorio geográfico disponible.
Dado que el tejido productivo y el trabajo cualificado se ha ido concentrando en las últimas décadas en las ciudades, la población se ha asentado en ellas. El último estudio publicado por la organización Funcas, evidencia cómo se han vaciado las provincias de siete comunidades autónomas del interior del país, entre 1950 y 2019.
Los resultados demuestran que hay tantas aldeas abandonadas porque la economía de nuestro país ya no se sustenta en la agricultura o la industria, sino que ahora también se nutre de actividades como el turismo, la tecnología o el sector servicios.
Así, tras estudiar la evolución de la población y la contribución al PIB de provincias como Lugo, Orense, La Rioja, Huesca, Teruel, Zaragoza, Guadalajara, Ciudad Real, Albacete, Cuenca, Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid, Zamora, Córdoba y Jaén se observó que, en la actualidad, estas provincias están por debajo de la media nacional en cuestión de densidad de población.
Las conclusiones principales del estudio hacen referencia a que, en 1950, estas 23 provincias concentraban el 34% de la población, suponían el 33% del empleo nacional y aportaban un 26% al PIB. Por el contrario, en 2019, acumulaban solamente el 18,1% de la población, el 17% de las oportunidades laborales y el 16% del valor añadido bruto.
Ventajas de la repoblación de pueblos abandonados
Fomentar la migración de nuevos habitantes a las aldeas despobladas contribuye a desarrollar una distribución de la población mucho más igualitaria a nivel estatal. De esta forma, logramos que la creación de riqueza quede repartida de manera más ecuánime y con ella el desarrollo productivo y económico de todo un país.
Por ello, plataformas como volveralpueblo.org o planes estatales impulsados desde la Confederación de Centros de Desarrollo Rural trabajan para atraer población en edad de trabajar a aldeas y zonas rurales despobladas.
Aprovechando la existencia de casas abandonadas, cada vez más ayuntamientos las utilizan para atraer población nueva. Así, aquellas personas que estén buscando dejar la ciudad para disfrutar de los beneficios de vivir en un pueblo, podrán mudarse, en algunos casos, incluso con un puesto de trabajo esperándoles.
Aldeas despobladas en España
➤ Galicia
La necesidad de una estrategia de repoblación rural ha llevado a varias comunidades autónomas a comenzar con sus propios planes para vender o alquilar estos espacios habitables. Este es el caso de la Xunta de Galicia, que ha propuesto la creación de un catálogo digital para poner en contacto a propietarios y compradores interesados en rehabilitar las 4.000 aldeas abandonadas que se encuentran en el territorio.
El objetivo es utilizar esta página web como una plataforma donde los municipios puedan adjuntar la descripción de las casas, la referencia catastral, la superficie o el precio de venta y alquiler para todos los interesados. Además, podrán adjuntar fotografías, planos y datos adicionales como el número de estancias o la eficiencia energética para saber si los inquilinos pueden convertir su casa en un auténtico hogar sostenible y autosuficiente.
Aunque el proyecto todavía está en progreso, una de las ventajas es que permitiría prosperar nuevos negocios en entornos rurales para combatir la despoblación, un reto al que se enfrentan cada vez más provincias de todo el país.
➤ Asturias
El Principado es una de las cinco comunidades autónomas que más población ha perdido en los últimos veinticinco años. Tanto es así que, desde 1996 al 2020, Asturias perdió un 26,9% de población procedente de las zonas rurales. Para ser más exactos, las aldeas abandonadas asturianas se ubican en la zona central y occidental de la provincia.
➤ Alicante
Por su parte, la Comunidad Valenciana también ha visto minimizada su población desde comienzos de este siglo. Concretamente, desde el año 2001, 196 de los 542 municipios totales han visto reducido drásticamente su censo poblacional. El área más afectada vuelve a ser la zona rural.
➤ Andalucía
Como consecuencia de la caída de la natalidad y la migración de la población más joven a las grandes urbes, seis de las ocho provincias han perdido residentes de forma muy acuciada sobre todo en el último lustro. Las únicas que parecen capear el temporal y resistir son Almería y Málaga. Esta última ha ganado 10.000 habitantes en los últimos cinco años.
➤ Guadalajara
Como mencionábamos al inicio de este post, Castilla la Mancha es una de las comunidades autónomas que más habitantes han perdido y Guadalajara una de las provincias con mayor número de aldeas despobladas. De hecho, el gobierno de Castilla la Mancha la ha calificado como zona de “extrema despoblación” debido a que el 80% de su población reside en el 6% de su territorio.
Compromiso de las entidades de Grupo Caja Rural: repoblar pueblos de la España vaciada
Conscientes de que incentivar la repoblación en zonas despobladas ayuda a crear riqueza y cohesión social en el territorio, desde las entidades de Grupo Caja Rural trabajamos por favorecer la inclusión financiera en todas las zonas rurales. De esta forma, los ciudadanos que estén valorando la opción de mudarse a un pueblo o aldea con su familia contarán con la tranquilidad de disponer de los servicios financieros a su alcance. Además, desde las entidades de Grupo Caja Rural también se ayuda a promover y ejecutar otro tipo de actividades en estas regiones menos pobladas, como parte de su compromiso como cooperativas de crédito en sus áreas de influencia.
Para lograrlo, es importante ofrecer soluciones financieras a todas aquellas personas que decidan apostar por un proyecto profesional en estas zonas y también promover la inclusión financiera. En esta línea, desde todas las entidades de Grupo Caja Rural creemos firmemente en la necesidad de mantener nuestras oficinas o equipo profesional disponible, incluso en zonas de pérdida de habitantes. La realidad es que sin servicios de calidad, privados y públicos, no es posible fijar población a largo plazo.
Y es que, para que se produzca un retorno poblacional constante y duradero en el tiempo, tanto la administración pública como las empresas privadas debemos apostar por esta idea. Solo así podremos ofrecer los servicios financieros, sanitarios, culturales y educativos necesarios para atraer a la población joven que actualmente reside en las grandes ciudades y que puede promover la natalidad en estas áreas.