La sostenibilidad y la responsabilidad son dos pilares que deben tener en cuenta los Estados para crear un país más dinámico desde el punto de vista económico de cara al futuro. A través de distintos planes y estrategias nacionales, es posible poner en común a las empresas y a las instituciones para caminar hacia un modelo de país más integrador. Esto es lo que quiere conseguir el nuevo plan España 2050.
El Gobierno lo anunció el 20 de mayo, a raíz de un estudio de ‘Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo’ en el que participaron un centenar de investigadores de todas las comunidades autónomas.
El resultado final es un plan con 50 objetivos y 9 grandes desafíos para conseguir un país más justo, ecológico y sostenible dentro de treinta años. Hoy te explicamos cómo va a cambiar España en los próximos años, para que entiendas qué papel tenemos como ciudadanos en la construcción de un futuro en común.
Los desafíos del nuevo plan España 2050
El nuevo plan España 2050 tiene, entre sus objetivos, “apostar de forma decidida por la mejora en la formación de la población”, “lograr un apoyo contundente a la innovación científico-tecnológica”, conseguir “una fuerte modernización de nuestro tejido productivo” y “transitar hacia un modelo de desarrollo sostenible”. Estos pilares permitirán superar algunos de estos nueve desafíos que se marca esta nueva estrategia nacional para dentro de 29 años.
- Ser más productivos para crecer mejor. Desde la llegada de la democracia, nuestro país no ha podido igualar la brecha de renta per cápita que mantiene con otros países de la Unión Europea. Esta diferencia, de 2.500 euros, indica que debemos encontrar nuevos modelos de trabajo que combatan el envejecimiento de población, aumentando los recursos destinados a la digitalización y la internacionalización de las empresas.
- Conquistar la vanguardia educativa. Sin reformas de calado, de aquí a 2050, 3,4 millones de estudiantes españoles podrían repetir curso mientras que 2,2 millones podrían abandonar prematuramente la escuela. El Estado encaminará su actuación a transformar la carrera docente, modernizar nuestro currículum, ampliar la autonomía de nuestros centros educativos y crear un sistema de evaluación eficaz que promueva la excelencia y la atención personalizada a los alumnos.
- Mejorar la recualificación de nuestra población. Aunque España se ha convertido en uno de los países europeos que mayor formación dedica a su población, aún no es suficiente. Entre los objetivos futuros está reducir a menos de la mitad la población que solo cuenta con estudios de ESO, aumentar la proporción de personas con educación terciaria (universidad o FP superior) y poner en marcha un sistema integral de recualificación que le permita actualizar las competencias de al menos un millón de trabajadores (empleados y desempleados) cada año.
- Convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático. Nuestro país ha formado parte del sistema lineal de producción que ha imperado en el continente desde mediados del siglo XX: crear, utilizar y tirar. Esto ha provocado un gran daño al medioambiente, pero aún estamos a tiempo de evitar los efectos devastadores del cambio climático con una transición ecológica que implique a las empresas, a las instituciones y a los ciudadanos.
- Preparar nuestro estado de bienestar para una sociedad más longeva. España es el tercer país con mayor esperanza de vida, 83 años, solo por debajo de Suiza y Japón. Esto, unido a la baja natalidad implica que nuestro estado de bienestar debe modernizarse logrando que las personas en edades avanzadas tengan una participación cada vez más activa en la vida económica y social.
- Promover un desarrollo territorial equilibrado, justo y sostenible. En 2050 el 80% de nuestra población vivirá en zonas urbanas, así que una de las tareas del Estado será conseguir el equilibrio laboral entre las ciudades y los pueblos. En esto tendrán una gran importancia las políticas económicas de inversión en el campo para evitar el fenómeno de la despoblación rural.
- Resolver las deficiencias de nuestro mercado de trabajo. El aumento de la tasa de empleo nacional ha ido desde el 50% de 1980 al 65% de 2019, pero aún quedan muchos retos por conseguir para renovar el mercado de trabajo. Entre ellos está la reducción de la brecha salarial, la igualdad de género en las oportunidades de acceso al empleo y la innovación de los procesos productivos.
- Reducir la pobreza y la desigualdad y reactivar el ascensor social. España es el cuarto país de la UE con mayor población en riesgo de pobreza, pero podemos combatir este dato siguiendo medidas como reforzar la educación pública, resolver las deficiencias del mercado laboral y abordar el problema de la vivienda, prestando una especial atención a los jóvenes y los grupos más vulnerables.
- Ampliar las bases de nuestro bienestar futuro. Nuestras fortalezas como país son la buena salud y la calidad de nuestro ocio y nuestras relaciones afectivas, pero aún tenemos que mejorar la satisfacción económica y laboral. Para lograrlo habrá que ampliar la cobertura sanitaria, apostar por la educación igualitaria y atajar problemas como la obesidad o el tabaquismo.
Estos nueve desafíos se amparan en cifras que indican una realidad latente: España es, hoy en día, un país más moderno que en el siglo XX. Sin embargo, es necesario que trabajemos día tras día para mejorar apartados como el nivel laboral, la protección de la naturaleza o el desarrollo social y económico de la población. Como ciudadanos, uno de los primeros pasos que podemos dar es comenzar a incorporar hábitos sostenibles para el día a día para convertir nuestro hogar en uno cien por cien sostenible.