Ir paseando por la calle de cualquier ciudad o municipio y ver cajeros automáticos es algo totalmente habitual, pero hace 100 años no lo era. Hoy en día, de hecho, casi nos resulta raro ir a determinados núcleos de población, sobre todo pequeños pueblos, en los que no hay ningún cajero automático. Y, sin embargo, aunque parece que han existido toda la vida, nada más lejos de la realidad.
En este artículo te proponemos un viaje por la historia y nos remontamos al origen de los cajeros automáticos. Veremos cuál ha sido su evolución hasta nuestros días y anticiparemos cómo serán los cajeros automáticos del futuro.
¿Cuál es el origen de los cajeros automáticos?
Para saber cuándo surgieron los cajeros automáticos, hemos de remontarnos al Londres de la década de los 60. Concretamente a 1967. En realidad, la idea del primer cajero automático está relacionada con las antiguas máquinas en las que se vendían chocolates. ¿Cómo puede ser?
Según la BBC, el inventor del cajero automático – de quien hablaremos más adelante – extrapoló el funcionamiento de las máquinas de chocolatinas y la llevó un paso más allá. Así, surgió la idea de crear un aparato en el que fuera posible intercambiar un cheque o algo similar por dinero físico en cualquier momento.
La idea fue tomando forma hasta dar con una clave que resolviera un problema importante: la identificación personal y la autenticidad para obtener e ingresar el dinero. Es decir, había que pensar cómo era posible que la máquina detectase que dicho cheque fuera auténtico y, por tanto, pudiera ser intercambiado por billetes.
Así, se llegó a la idea definitiva del cajero automático: el cliente debía introducir su cheque, impregnado de carbono 14 para garantizar que no fueran falsos, y marcar un código secreto de cuatro números asociado a su cuenta bancaria. Esta era la fórmula con la que verificaba su identidad. Así, el dispositivo comprobaba la autenticidad y le proporcionaba la cantidad de dinero equivalente, que en un primer momento eran 10 libras esterlinas. Es decir, si el cliente quería sacar 20 libras, debía introducir 2 cheques. Es una cantidad diminuta si consideramos cuánto dinero podemos sacar del cajero en la actualidad.
¿Quién fue el inventor del cajero?
El surgimiento de esta idea se atribuye a John Shepherd-Barron, un ciudadano escocés que trabajaba en una empresa que se dedicaba, precisamente, a la fabricación de máquinas para contar dinero. Shepherd-Barron vivía en el campo, por lo que iba todos los sábados al banco más cercano para sacar el dinero que necesitaría durante la semana.
Un día de 1965, encontró que el banco ya estaba cerrado porque había llegado tarde, y se vio sin posibilidad de disponer de dinero en el único momento de la semana en el que podía ir a sacarlo. En ese momento, empezó a pensar cómo podría hacer para solucionar ese problema, y se le ocurrió que podría utilizar un mecanismo similar al que se utilizaba en las máquinas de venta de chocolates, bastante populares en Reino Unido durante esa época.
¿Cuál fue el primer cajero automático?
Desde que John Shepherd-Barron concibió la idea hasta que se materializó en el primer cajero automático pasaron unos dos años. Así, en junio de 1967 se inauguró el primer cajero automático del mundo, que se instaló en una sucursal del banco Barclays en el distrito de Enfield, en Londres.
PIN de seguridad: ¿cómo surgió la idea?
Ya el primer cajero automático contaba con el mecanismo de introducción de cuatro dígitos como principal elemento de seguridad y autentificación personal. John Shepherd-Barron, mientras conformaba su invento, pensó cuántos dígitos sería capaz de recordar una persona como clave de seguridad.
Inicialmente, pensaba habilitar un código de 6 números, pero finalmente lo dejó en 4 cifras, tras consultarlo con su mujer y decirle ésta que no era capaz de memorizar más que cuatro números.
En este sentido, no fue hasta 1970 cuando James Goodfellow, un ingeniero británico, propuso el concepto de número de identificación personal (PIN: Personal Identification Number) para referirse al código de seguridad imprescindible para sacar dinero del cajero.
Del siglo XX hasta hoy: desarrollo de los cajeros hasta la actualidad
Desde finales de la década de los 60 hasta hoy, la evolución de los cajeros automáticos ha sido imparable. Sobre todo, durante la década de los 70, momento en el que se produjo su expansión a nivel internacional. En Estados Unidos, el primer cajero automático se instaló en 1969, en una sucursal de Chemical Bank de Nueva York.
A partir de ese momento, su uso fue multiplicándose en el país norteamericano. El punto álgido llegó en 1977, año en el que Citibank afirmó que destinaría una inversión de más de 100 millones de dólares para instalar cajeros automáticos en Nueva York.
El número de cajeros automáticos instalados a nivel mundial ascendió a 100.000 en 1984, y en 2018 superaba los 3 millones.
¿Cómo ha sido la evolución en España?
El primer cajero automático que se instaló en España fue en una sucursal del Banco Popular en Toledo, en 1974. Sin embargo, aquí no se utilizaban cheques, sino tarjetas de plástico.
Hoy en día, y según el Banco de España, hay unos 116 cajeros por cada 100.000 habitantes, siendo uno de los países con más ratio de cajeros por habitantes en todo el mundo. El pico más alto se alcanzó en 2008, cuando llegó a haber más de 60.000 cajeros automáticos en todo el país.
A partir de entonces, la tendencia ha sido decreciente, aunque la disminución ha sido más drástica desde 2019, debido a que la digitalización también ha llegado al sector financiero y cada vez se utiliza menos el dinero en efectivo. De hecho, a finales de 2021 había 48.081 cajeros automáticos, una cifra a la que no se llegaba desde 2002. Por desgracia, el cierre de los cajeros automáticos afecta especialmente a las personas mayores.
¿Cómo han evolucionado los cajeros de Grupo Caja Rural?
Ante esta situación, la duda más habitual es qué futuro tienen los cajeros automáticos en España. Sin embargo, estamos lejos de llegar al fin del dinero en efectivo. De hecho, en Grupo Caja Rural hemos arrancado 2023 con más de 11.000 cajeros automáticos repartidos por toda la geografía española. Todos ellos están operativos los 365 días del año las 24 horas.
Estamos viviendo un momento en el que el aumento de los recursos y herramientas digitales está extendiéndose entre los usuarios de banca. Sin embargo, nos encaminamos hacia un escenario de estabilización en el que la banca física y la digital convivirán, formando un conjunto global de recursos que hará que los usuarios tengan unos servicios financieros de más calidad.
Los cajeros automáticos no desaparecerán, sino que se convertirán en un recurso más a disposición de los clientes para disponer y gestionar su dinero cómo, cuándo y dónde quieran. Descubre aquí nuestra lista de cajeros y oficinas para que puedas encontrar aquellos más cercanos a ti.