España es uno de los países más vulnerables al cambio climático. El pasado martes 21, el Gobierno declaró la emergencia climática en nuestro país, junto con 30 medidas transversales que nos permitirán actuar de una manera más rápida en la lucha contra el cambio climático. Además, todos nosotros podemos reducir el impacto de nuestras acciones diarias en el entorno natural aplicando una serie de consejos para un consumo sostenible.
El Objetivo 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas establece que se deben “garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”. El consumo y la producción sostenible consisten en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, justamente remunerados y con buenas condiciones laborales.
En el horizonte 2030, se debe lograr la gestión sostenible y el uso eficiente de los recursos naturales; reducir a la mitad el desperdicio de alimentos y reducir considerablemente la generación de desechos, entre otras cuestiones.
Hábitos de consumo sostenible
Para conseguir las metas propuestas es necesario articular políticas a gran escala, pero también se requiere la implicación de todos nosotros. Por ello, vamos a recordar algunas prácticas para un consumo sostenible:
- Consume de forma racional. Antes de comprar algo piensa ¿lo necesito, lo voy a usar, cuántos tengo ya, satisface un deseo o una necesidad…? Las respuestas harán que te des cuenta de si vas a comprar por comprar o no. Si no es imprescindible, no lo compres. Ten en cuenta que un consumo sostenible y responsable requiere un pequeño cambio de hábitos por tu parte.
- Reutiliza y recicla. Reducir, reutilizar y reciclar son las tres R de la ecología y te ayudarán a ser un consumidor más responsable. Reduce el uso de productos de un solo uso, ya que también estarás evitando generar más desperdicios. Reutiliza todos los productos que puedan tener una segunda vida. Por ejemplo, puedes donarlos, regalarlos o llevarlos a tiendas de segunda mano. Y, por supuesto, recicla y hazlo bien.
- Haz un uso eficiente de los recursos promoviendo medidas de ahorro energético en nuestro entorno, tanto en casa como en el trabajo. Cambia baños por duchas; cierra los grifos mientras te lavas los dientes o friegas; aprovecha al máximo la carga del lavavajillas; evita subir el termostato de la calefacción por encima de 21 grados durante el día y 19 por la noche; utiliza iluminación LED y bombillas de bajo consumo; apaga totalmente los aparatos eléctricos y no los dejes en stand by y, cuando tengas que renovar los electrodomésticos, elígelos con etiqueta triple A, que es la máxima eficiencia energética.
- Consume productos locales y de temporada. Contribuirás a mejorar la economía de la zona y estarás evitando emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ya que se evita el transporte desde un lugar lejano. Además, los productos de temporada son más saludables.
- Elige medios de transporte que no contaminen. Muévete en bicicleta, es el medio de transporte más sostenible y, por supuesto, prioriza el transporte público frente al vehículo particular. Los expertos estiman que el uso del transporte público supone un ahorro energético del 75%.
- Lee el etiquetado de lo que compres. Infórmate bien sobre lo que vayas a comprar, dónde se fabrica, con qué materias primas, en qué condiciones… apoya a quienes promuevan prácticas sostenibles y de comercio justo.
¡Involucra a los tuyos! Como ves, son pequeños grandes gestos que te ayudarán a ser consumidores más responsables.