Según los datos disponibles en el Eurostat, España es el país de la Unión Europea con la tasa de desempleo juvenil más elevada. Concretamente, el 37,7% de los jóvenes entre 15 y 24 años no tiene trabajo. A raíz de las elevadas tasas de desempleo, un estudio realizado por Comisiones Obreras con datos del año 2017, evidenciaba que en España hay 1,4 millones de personas trabajando en prácticas sin ningún tipo relación contractual conocida. En contraposición, solo 193.196 jóvenes tienen un contrato de formación o aprendizaje. Sumando todas las categorías de este tipo, estaríamos hablando de que alrededor de 1,5 millones de trabajadores tienen una relación laboral de becario, trabajador en prácticas o trabajador con contrato de aprendizaje.
¿Conoces los contratos en prácticas y las becas que existen en España?
Cuando un estudiante de un FP o un grado universitario quiere buscar su primera experiencia profesional puede hacerlo a través de tres vías de incursión laboral concretas:
-
Beca no remunerada:
Se trata de un convenio entre la empresa y una entidad formativa que busca oportunidades para que sus alumnos puedan realizar las prácticas curriculares. Al considerarse una extensión de la formación del FP o del grado universitario no son remuneradas en la mayor parte de los casos. A menudo, la empresa se encarga de pagar los gastos de desplazamiento del alumno.
-
Beca remunerada:
También llamadas becas extracurriculares, son aquellas que están pensadas para aumentar la experiencia profesional del alumno. Para poder llevar a cabo este tipo de relación laboral, también es necesario que exista un convenio con la universidad o el centro. Habitualmente la remuneración se encuentra muy por debajo del salario mínimo interprofesional y se sitúa entre los 200 y los 600 euros.
-
Contrato en prácticas:
A diferencia de las anteriores, en este caso sí existe un contrato de becario como tal. Es decir, el joven que lo firma cotiza en la Seguridad Social desde el primer momento, mientras que la mayor parte de las becas no. Este contrato está dirigido a menores de 30 años o discapacitados de cualquier edad que nunca hayan disfrutado previamente de este tipo de contrato y que, tras un periodo de beca remunerada o sin remunerar, busquen una primera experiencia laboral más estable y duradera.
Contrato de formación para reforzar el aprendizaje académico
Por otro lado, los menores de 25 años que no estén cualificados para realizar un contrato en prácticas pueden optar a un contrato de formación, cuyo objetivo es reforzar el aprendizaje académico de forma paralela al de un nuevo oficio.
Contratar jóvenes a través de esta modalidad formativa tiene como finalidad buscar salidas profesionales para aquellas personas que no han terminado la Educación Secundaria Obligatoria y que tienen dificultades para acceder al mercado laboral.
Las entidades que forman el Grupo Caja Rural ofrecen, a lo largo de los meses del año, contratos en prácticas para personas que desean introducirse en el mercado laboral y sientan interés por el sector bancario y el cooperativismo financiero. Si estás estudiando y te gustaría empezar a hacer prácticas, puedes revisar periódicamente las comunicaciones de las entidades de Grupo Caja Rural o, directamente, revisar la web https://empleo.ruralempleo.com/ donde se van publicando las diferentes ofertas laborales en el Grupo. Encontrarás diferentes oportunidades para hacer programas de prácticas o becas en las diferentes entidades del Grupo Caja Rural, a lo largo de todo el territorio español.
¿Por qué es interesante contratar a personas en prácticas?
Contratar jóvenes y, más particularmente, contratar becarios es una forma muy rentable de fomentar la diversidad generacional presente en las empresas. Igualmente, se trata de una excelente oportunidad para tender la mano a una persona que necesita echar a volar en el mercado laboral y ganar experiencia.
Cuando un joven accede a llevar a cabo una beca en una empresa, asume que no será una experiencia laboral como las que después tendrá en el futuro. ¿La razón? El salario será sustancialmente menor y sus tareas serán tutorizadas por un trabajador con más experiencia.
Gracias a este tipo de colaboraciones con la universidad, la empresa puede formar desde un inicio y a un coste reducido a muchos de los trabajadores con los que podrá contar en un futuro.
Bonificaciones y descuentos ofrecer contratos de formación o prácticas
Al margen de las becas vinculadas a instituciones formativas, los contratos de formación o de prácticas son especialmente interesantes para las empresas. Este tipo de relaciones laborales traen consigo bonificaciones y descuentos para las empresas que apuestan por ellas.
- Contrato en prácticas: Tendrá una duración máxima de dos años y solo se podrá hacer durante los primeros cinco años tras la finalización del FP o el grado universitario del estudiante. Durante el primer año, el salario deberá cubrir como mínimo el 60% de lo establecido en el convenio y, en el segundo, un 75%.
- Contrato de formación o aprendizaje: Con una duración mínima de seis meses y máxima de tres años, las empresas que apuesten por ofrecer esta modalidad de contratación contarán con una reducción del 100% de las cuotas a la Seguridad Social si se trata de pymes de menos de 250 empleados y del 75% si hablamos de empresas por encima de los 250 trabajadores.
Para poder recibir este tipo de bonificaciones, las empresas no deberán ofrecer nunca un salario por debajo del mínimo interprofesional.
Beneficios fiscales de contratar jóvenes
Además de los beneficios económicos vinculados a estos contratos, las empresas que tras la finalización de esta relación laboral continúen apostando por estos trabajadores podrán optar a más bonificaciones fiscales.
Por ejemplo, si tras una contratación en prácticas de dos años, la empresa decide hacer un contrato indefinido a ese trabajador, la Seguridad Social realizará un descuento de 500 euros mensuales en las cuotas empresariales durante un periodo de tres años. En el caso de que se trate de una trabajadora, el descuento en las cuotas a la Seguridad Social se eleva hasta los 700 euros por el mismo periodo de tiempo.
Por último y respecto al contrato de formación, las empresas además de ahorrarse íntegramente las cuotas a la Seguridad Social, podrán deducirse entre un 25 y un 50% de los costes formativos del trabajador.