La caza del lobo ibérico ha sido prohibida en España. Tras varios meses de intenso debate, el Ministerio de Transición Ecológica ha decidido sacar a este animal en peligro de extinción del listado de especies cinegéticas e incluirlo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.
Sin embargo, y a pesar que la medida legislativa ya está aprobada y en vigor, el sector ganadero continúa mostrando su rechazo debido a las pérdidas económicas que el lobo ocasiona a sus explotaciones, cuando utiliza sus cabezas de ganado como alimento.
El fin del lobo como especie cinegética
Según la Real Academia de la Lengua Española, una especie cinegética es aquella cuya captura, mediante la caza o la pesca, está debidamente autorizada por la administración competente.
En esta línea, las nuevas directrices marcadas por el Ministerio de Transición Ecológica vetan, desde el pasado mes de septiembre, la caza del lobo ibérico, y queda excluido, por tanto, del listado de especies cinegéticas.
Vías de actuación para la cohabitación del lobo y la ganadería
Así y pese a las constantes quejas de las asociaciones agrarias y ganaderas o del rechazo de comunidades autónomas como Galicia, Extremadura, Cantabria o Asturias, afectadas por el elevado número de manadas presentes en su territorio, desde el Ejecutivo consideran que deben explorarse otras vías de actuación para alcanzar la cohabitación del lobo y la ganadería extensiva.
En paralelo y tal como recoge el BOE donde se publica esta nueva normativa, esta decisión pretende también implicar en el medio plazo al Ministerio de Agricultura, quien tratará de aportar soluciones a las pérdidas de ganado que se producen a día de hoy a manos de estos carnívoros.
Como alternativas para los ganaderos frente a las pérdidas de ganado, proponen:
- Crear líneas de financiación para sostener al pastoreo extensivo en zonas de convivencia con el lobo.
- Crear ayudas para proteger al ganado en zonas donde haya una elevada presencia de estos animales.
Argumentos para proteger al lobo ibérico
Asociaciones por los derechos de los animales y la naturaleza como WWF se han manifestado en numerosas ocasiones en defensa del lobo ibérico.
Las razones principales en base a esta defensa giran en torno a:
- Elevado valor medioambiental que tiene esta especie para mantener la biodiversidad y el equilibrio en un territorio.
- Desde el punto de vista social, el lobo actúa como un agente higiénico que limpia el ecosistema de animales enfermos que de otro modo podrían infectar al ganado.
Por ello, desde este tipo de organizaciones argumentan, también, que el censo poblacional de esta especie se encuentra reducida a una tercera parte de su rango de distribución histórica.
Zonas de España en las que está más presente el lobo ibérico
Según datos de la Comisión Europea, entre los argumentos para la conservación del lobo ibérico subrayan que este animal apenas está presente en zonas como Andalucía y que tiene dificultades para asentarse en zonas como el País Vasco o La Rioja.
Igualmente, los datos que manejan desde el proyecto ‘Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico’ hablan de que en España apenas hay 1.000 ejemplares de esta especie y que “preocupa su salud y poca variabilidad genética”. Sin embargo, esta perspectiva contrasta con la que tienen los ganaderos.
¿Por qué el sector ganadero rechaza esta decisión?
Al contrario de lo que sucede con el sector más ecologista, desde el ámbito ganadero rechazan de facto que el lobo ibérico desaparezca del listado de especies cinegéticas cuando, a su juicio, la sobrepoblación de estos animales provoca que cada año se pierdan centenares de cabezas de ganado a manos de estos animales carnívoros.
Hasta que la nueva normativa salió adelante y el lobo ibérico fue incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, algunas comunidades ya estaban trazando su particular plan de gestión ambiental:
- Galicia, Asturias o Cantabria: plantean realizar extracciones de algunos miembros de las manadas, para tratar de controlar los problemas y pérdidas económicas que genera esta especie a la ganadería.
- Cantabria o Castilla y León: recurrirán a la Audiencia Nacional el avance de esta nueva normativa.
Por el contrario, y en línea con la demanda de conservación de especies marcada desde Europa, el Ministerio de Transición Ecológica insta a las comunidades autónomas a agotar todas las posibilidades y medidas de prevención posibles, para garantizar que el censo de lobos no disminuya. De ahí que, se establezcan una serie de multas y sanciones que buscan penalizar el incumplimiento de la nueva legislación.
Medidas propuestas ante la nueva normativa
En este nuevo marco legislativo ¿Qué puede hacer un ganadero que pierda a una cabeza de ganado como consecuencia de la difícil convivencia con el lobo?
Para resolver este apartado, desde el Ministerio proponen una serie de medidas a llevar a cabo en las explotaciones ganaderas:
- Instalar medidas de autoprotección suficiente como para evitar que entren en contacto ambas especies.
- Cerrar perimetralmente con malla cinegética de alta resistencia y luz variable, instalar un pastor eléctrico o colocar sistemas de puertas de acceso selectivo.
- Colocar una serie de infraestructuras interiores para proteger a los terneros lactantes.
Aunque este tipo de iniciativas son eficaces tienen un coste que oscila entre los 6.000 y los 12.000 euros, una cantidad que no todas las explotaciones están dispuestas asumir. Precisamente por esta razón y conscientes de los inconvenientes que genera la convivencia con el lobo para muchos de nuestros clientes ganaderos, desde las entidades del Grupo Caja Rural ponemos a su disposición una cartera de seguros gestionada a través de seguros RGA.
Así, de la misma forma que se oferta protección ante riesgos forestales o pérdida de producciones agrícolas, desde las entidades del Grupo Caja Rural podemos ofrecer asesoramiento sobre los seguros diseñado para proteger las explotaciones ganaderas.
Entre otros riesgos, estos seguros protegen a los ganaderos ante accidentes, aportan compensaciones económicas por saneamiento ganadero y cubre también las consecuencias derivadas de ataques de animales salvajes, como sucede en este caso con el lobo ibérico.