Blog Ruralvía » Educación Financiera »
Hablar de créditos y préstamos puede parecer lo mismo, pero lo cierto es que no lo es. A pesar de que en múltiples ocasiones se utilizan erróneamente como sinónimos, hay una serie de características que les diferencian. Para que puedas comprobar por ti mismo si te conviene más pedir un crédito o un préstamo, resumimos en esta infografía las principales diferencias.
¿Qué es un crédito y qué es un préstamo?
Un crédito es una cantidad de dinero que podemos solicitar a nuestra entidad financiera de confianza sin tener que fijar una cantidad o plazos de devolución. Es decir, el banco no presta el dinero, sino un método de pago, como una tarjeta o una línea de crédito. En cambio, un préstamo es una cuantía económica que el banco presta y que sí tiene unas condiciones concretas de devolución (intereses, plazos, etc.).
¿En qué se diferencian?
Ahora que ya sabes cuál es la principal diferencia de base entre ambos términos, es momento de analizar qué variables cambian:
⮞ Importe
El crédito no supone la prestación de un importe determinado, sino de un método físico de pago. A través de dicho método, puedes gastar solo una parte o la totalidad de este. En cambio, un préstamo sí conlleva un importe mínimo que deberás devolver con los intereses acordados, independientemente de lo que finalmente gastes.
⮞ Plazos
Otra diferencia radica en los plazos de devolución. El crédito es renovable y es posible ampliar el plazo estipulado previamente. Por su parte, el préstamo no ofrece la posibilidad de ampliar dicho plazo una vez que se acuerda. En este sentido, es menos flexible.
⮞ Intereses
En este aspecto encontramos una de las desventajas del crédito. Su flexibilidad se traduce, también, en que los intereses pueden variar dependiendo de la cantidad de dinero que utilices. En cambio, en el préstamo, los intereses siempre se calculan en base al importe solicitado, y deben abonarse dentro del período establecido para ello.
⮞ Disponibilidad
Por último, hablamos de la disponibilidad para utilizar el dinero. El crédito te da la opción de acceder al dinero en cualquier momento. Sin embargo, al pedir un préstamo no podemos cambiar el importe solicitado, pero sí es posible realizar amortizaciones para disminuir la deuda o el plazo máximo.
¿Cómo saber cuál se ajusta mejor a tus necesidades?
La gran duda es cómo podemos saber cuál es más conveniente para nosotros. Por lo general, los créditos suelen ser más recurrentes en el caso de autónomos y pymes que necesitan disponer de liquidez de forma segura, rápida y simple.
En cambio, los préstamos suelen ser una opción por la que se decantan en mayor medida autónomos y particulares que saben de antemano qué importe necesitan, y prefieren no arriesgarse a que suban los intereses de este.
En cualquier caso, desde Grupo Caja Rural te ofrecemos las condiciones más ventajosas tanto si quieres pedir un préstamo como si te decantas por el crédito. Asimismo, te asesoramos sobre la fórmula que mejor se adecúe a tus circunstancias, intereses y necesidades.