¿Qué significa la compraventa de la nuda propiedad de la vivienda?

Con la nuda propiedad de la vivienda los propietarios venden su casa, pero siguen residiendo en ella hasta que fallecen. Te contamos todas las claves de esta modalidad
Tu día a día6 julio, 202089394 min

La nuda propiedad de la vivienda es una práctica inmobiliaria cada vez más habitual en España. Tanto, que el año pasado se incrementó un 300 por ciento. A través de esta modalidad, el propietario vende la vivienda a un precio inferior al del mercado y pasa a ser usufructuario de la misma. El comprador adquiere la propiedad, pero no tiene derecho a su uso y disfrute.

 

Dicho de otra manera, la venta de la nuda propiedad consiste en que el propietario de la vivienda vende la titularidad de su casa a cambio de percibir liquidez, en un único pago o en pagos periódicos, pudiendo seguir disfrutando de su casa hasta el momento de su fallecimiento. Se trata de una opción a la que recurren cada vez más mayores en nuestro país con el objetivo de complementar su pensión. Sobre todo, aquellos con pensiones bajas y sin familiares directos, ya que, con esta modalidad, los herederos se quedan sin la propiedad de la vivienda.

 

Ventajas de la nuda propiedad de la vivienda

Esta práctica de compraventa tiene una serie de ventajas tanto para el vendedor como para el comprador. Por un lado, el vendedor se garantiza un techo y unos ingresos extra para el resto de su vida. Además, como se convierte en usufructuario, podría alquilar la vivienda y obtener aún mayores ingresos. Por el otro, el comprador se beneficia de un precio por debajo del mercado, con un ahorro de entre el 20 y el 50 por ciento. Para establecer el importe, es el comprador quien debe tasar el inmueble.

 

Otra ventaja es que con la venta de la nuda propiedad, los gastos que se derivan de la vivienda también son inferiores para el vendedor. En este sentido, hay que tener en cuenta que, aunque se pueda negociar que el pago del IBI lo asuma el comprador, la ley establece que el sujeto pasivo de este impuesto es aquel que disfruta del derecho de usufructo de la vivienda. El usufructuario pagaría, eso sí, los gastos de los consumos de gas, electricidad, agua… y el nuevo propietario, las derramas y otros gastos extraordinarios que se pudieran generar.

 

En 2018, se cerraron en España 1.457 transacciones de compraventa basadas en la figura de la nuda propiedad. La cifra es baja si se compara con otros países europeos, donde es una práctica habitual.

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