Seguro que más de una vez has oído hablar de las casas de aperos. Se trata de pequeñas construcciones pensadas para instalar en fincas y jardines, y cuya principal función es la de almacenar los elementos de limpieza y jardinería que utilizas en tu día a día. Sin embargo, antes de instalar una caseta de aperos dentro de tu propiedad, deberás tener en cuenta las indicaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de tu municipio, así como las licencias correspondientes que debas pedir en tu ayuntamiento.
A continuación, te contamos toda la información que necesitas saber sobre las casetas de aperos, así como la normativa que rodea a su construcción para evitar que puedas recibir una sanción económica en el futuro.
Características y usos de una caseta de aperos
Generalmente, este tipo de construcciones se encuentran ligadas a la explotación agrícola de una finca. Su interior puede albergar una gran variedad de materiales y maquinaria como tractores, herramientas, aperos de labranza, la cosecha obtenida o cualquier otro elemento relacionado con la actividad agrícola.
Es importante tener en cuenta que tanto los vehículos que albergan la casa de aperos, así como el resto de objetos y herramientas que se guarden en su interior, deberán ser propiedad del dueño/a de la finca donde se encuentra y estar registrados a su nombre. Además, deberá justificar su vinculación con la explotación agrícola que realiza, ya que todos estos datos han de verse reflejados en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola (ROMA).
¿Qué tamaño puede tener un cuarto de aperos?
Resulta complejo establecer unos valores exactos, ya que las medidas legales que ha de tener la caseta de aperos las establece cada ayuntamiento de manera independiente. Por lo general, suelen presentar un tamaño aproximado de entre 15 metros cuadrados en fincas inferiores a 1.000m2, y los 25 metros cuadrados superiores a 1.000m2.
Respecto a su altura, lo más habitual es que sean de una sola planta y sin divisiones internas, al no ser que estén destinadas a servicios de higiene. No obstante, estas medidas pueden verse afectadas en función de lo que establezca el Plan de Organización Urbana (PGOU) en cada momento.
Tipos de casetas de aperos según su material de construcción
En función del material del que estén hechas, podemos encontrar diferentes tipos de casas de aperos en el mercado:
- Caseta de obra: construidas con bloques de hormigón, cuentan con un portón de acceso y ventanas para aprovechar al máximo la luz natural del sol.
- Caseta metálica: su construcción es más habitual en terrenos urbanos y poseen una alta resistencia a condiciones climatológicas adversas. Además, este tipo de casetas no suelen estar fijadas al terreno, por lo que podrían no necesitar licencia por parte del ayuntamiento correspondiente.
- Casetas de jardín: suelen ser prefabricadas y fáciles de montar, generalmente sobre una base de madera u hormigón. Estéticamente son de las más decorativas, lo que hace que sean las más utilizadas en jardines.
- Casetas de plástico: parecidas a las anteriores, suelen ser de pequeñas dimensiones, muy ligeras y resistentes. Al igual que las metálicas, si este tipo de caseta no se encuentra fijada al jardín, podría no necesitar licencia. Aunque la mejor opción es siempre consultar con la persona responsable de tu ayuntamiento para que pueda asesorarte adecuadamente.
¿Se puede vivir o pasar temporadas vacacionales en una caseta de aperos?
Al estar diseñadas para ofrecer un servicio a la actividad agrícola, lo más habitual es que las casetas de aperos se encuentren en terreno rústico, donde suele estar prohibido construir viviendas residenciales. Por ello, es bastante común que muchas personas se lancen a la aventura de tramitar el permiso de una caseta de aperos para después darle un uso residencial, lo que es completamente ilegal.
Este tipo de construcciones están destinadas a un uso estrictamente profesional como almacén. En ocasiones pueden presentar espacios para la realización de acciones de mantenimiento o sanitarias, pero en ningún caso pueden ser utilizadas como viviendas. Tampoco es legal utilizar las casetas de aperos como segunda residencia ni estancia vacacional para turistas. En caso de llevar a cabo este tipo de actividades, podrías enfrentarte a posibles multas, sanciones administrativas e incluso acciones penales.
La problemática de las casas de aperos en terrenos rústicos
El terreno rústico es un tipo de suelo que suele estar destinado a actividades agrarias y ganaderas, aunque también incluye zonas boscosas. Legalmente está prohibida la construcción de viviendas en estos espacios, salvo algunas excepciones que se encuentren establecidas en la Ley de Suelo de cada Comunidad Autónoma o en las normativas municipales.
Lo más habitual es que tanto las comunidades como los ayuntamientos permitan la construcción de casetas de aperos que únicamente estén destinadas a un uso agrícola o ganadero. Pero para que este permiso se conceda, la principal fuente de ingresos del titular ha de ser la explotación que lleve a cabo en la finca en la que desea ubicar esta construcción.
Cabe destacar que en algunas comunidades autónomas no está permitido construir una caseta de aperos al no ser que ya existiera una de forma previa. En este caso, se permitiría la rehabilitación y/o ampliación de dicha construcción.
Normativa para una casa de aperos
Aunque a priori pueda parecer lo contrario, existen diversas normativas que deberás tener en cuenta a la hora de elaborar el proyecto para tu casa de aperos, como por ejemplo las ordenanzas municipales vigentes en materia de obras, actividades y medioambiente. Aunque en cada comunidad existe una legislación propia sobre este tema, podemos destacar algunas normas generales que conviene conocer:
– Real Decreto 1955/2000, de 1 de diciembre: su objetivo es establecer el régimen jurídico de distribución de la energía eléctrica, algo que también influye en los proyectos de casetas de aperos, ya que muchas de ellas podrían contar con suministro eléctrico.
– Reglamentos sobre Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE): aprobado el 20 de julio de 2007 por el Real Decreto 1027/2007, “establece las condiciones que deben cumplir las instalaciones destinadas a atender la demanda de bienestar térmico e higiene a través de equipos y sistemas de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria […]”. Es importante conocer el RITE ya que indica cómo proceder si la casa de aperos se alimenta energéticamente de paneles fotovoltaicos, entre otras situaciones.
– Real Decreto 314/2006, de 17 de marzo: por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación. Es importante consultar este Real Decreto antes de solicitar una licencia de obras ya que establece el código normativo que regula la calidad de los edificios. En el caso de las casetas de aperos, se han de cumplir unas exigencias mínimas en el proyecto, construcción, mantenimiento, uso y conservación de la obra.
¿Cómo legalizar una caseta de aperos?
Antes de construir tu casa de aperos en terreno rústico deberás dirigirte al ayuntamiento al que pertenece la finca para solicitar una licencia o permiso de obra, además de adjuntar una memoria agronómica firmada por un técnico agrícola o un ingeniero agrónomo titulado. Para realizar este trámite, necesitarás presentar, como mínimo, la siguiente documentación:
- Planos y memoria de la construcción
- Instancia de solicitud firmada que te dará el ayuntamiento
- Referencia catastral de la parcela o terreno
- Fotocopia de tu DNI
- Pago de la Tasa e Impuesto Municipal
Si el consistorio aprueba la viabilidad de tu proyecto, abrirá un proceso de consulta a diversos organismos como la Consejería de Agricultura de la comunidad donde se desee construir la caseta de aperos o la Confederación Hidrográfica correspondiente.
Si tras consultar los diferentes organismos, los informes recibidos son positivos, el ayuntamiento procederá a concederte la licencia de obras para que puedas construir tu casa de aperos en terreno rústico. Por el contrario, si los informes son negativos, el consistorio detendrá tu proyecto y procederá a su demolición en el caso de que ya se hubiera comenzado la construcción.
Una vez finalice la construcción de la caseta de aperos, deberás inscribirla en el Registro de la Propiedad y en el catastro para dejar constancia de su existencia. Para realizar este trámite necesitarás:
- La escritura de la propiedad de la finca
- La licencia municipal
- La memoria agronómica
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