En la sociedad actual, el sedentarismo y una alimentación desequilibrada son dos de las principales causas de las elevadas tasas de sobrepeso y obesidad. Según datos de un estudio realizado por investigadores del Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques (IMIM) y médicos del Hospital del Mar, en 2030, se prevé que 27 millones de adultos españoles, -el 80% de los hombres y el 55% de las mujeres-, tendrá problemas de obesidad o sobrepeso. Hoy, cómo invertir en salud y de qué manera podemos evitarlo.
El número de personas obesas crece de manera progresiva y constante en nuestro país, con alrededor de 3 millones de nuevos casos por década. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que desde 1975, la obesidad prácticamente se ha triplicado en el mundo. Aunque las cifras son muy elevadas, España se sitúa ligeramente por debajo de la media, con un porcentaje del 16,7% de población adulta obesa, frente al 19,5% de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Estados Unidos es el país del mundo con mayor porcentaje de adultos obesos (38,2%), seguido por México (32,4%) y Nueva Zelanda (30,7%).
Distribución de la obesidad en España
La obesidad y el sobrepeso, que son uno de los mayores problemas sanitarios a los que nos enfrentamos, no se distribuyen del mismo modo a lo largo y ancho de la geografía española. Un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), revela que Asturias, con una tasa del 25,7% de adultos, Galicia (24,9%) y Andalucía (24,4%), encabezan la lista. A la cola se sitúa Islas Baleares, con un 10,5%. La Rioja, Cantabria y País Vasco son otras de las comunidades con menor prevalencia de obesos.
El sobrecoste para el Sistema Nacional de Salud derivado de atender a las personas con sobrepeso y obesidad gira en torno a los 2.000 millones de euros. Si las previsiones se cumplen, este gasto ascendería a los 3.000 millones de euros en 2030.
Invertir en salud: alimentación saludable y ejercicio físico
Tanto la obesidad, que se da con un Índice de Masa Corporal (IMC) a partir de 30, como el sobrepeso, con un índice de entre 25 y 30, multiplican las posibilidades de sufrir cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Para prevenir estos problemas, los expertos recomiendan la práctica regular de ejercicio físico, tanto en adultos como en niños, y llevar una alimentación saludable. Pero, ¿qué es realmente la alimentación saludable?
La alimentación saludable es aquella que aporta a cada individuo todos los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales, en las diferentes etapas de la vida (infancia, adolescencia, edad adulta y envejecimiento), y en situación de salud.
Según la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), una dieta saludable debe cumplir las siguientes características:
- Ser completa. Debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo, como son los hidratos de carbono, las grasas, las proteínas, vitaminas, minerales y agua.
- Ser equilibrada. Los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción entre sí. Así, los hidratos de carbono (CHO) han de suponer entre un 55 y un 60% de las kilocalorías totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30%; y las proteínas, entre un 12 y un 15%. Además hay que beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.
- Ser suficiente. La cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo proporcional.
- Adaptada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al trabajo que desarrolla la persona y a su estado de salud.
- Ser variada. Debe contener diferentes alimentos de cada uno de los grupos (lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves, pescados, etc.).
La dieta mediterránea, mucho más que una pauta de alimentación, promueve un estilo de vida equilibrado, con múltiples beneficios. Entre sus propiedades beneficiosas, destacan el tipo de grasa que lo caracteriza (aceite de oliva, pescado y frutos secos), las proporciones en los nutrientes principales que guardan sus recetas (cereales y vegetales como base de los platos y carnes o similares como guarnición) y la riqueza en micronutrientes que contiene, fruto de la utilización de verduras de temporada, hierbas aromáticas y condimentos.
Realizar ejercicio físico todos los días es tan importante como comer adecuadamente. Todos podemos salir a andar, a correr, bailar, hacer senderismo… Elige la actividad que más te motive e intenta practicarla a diario. Hacer deporte, además, favorece la segregación de endorfinas, lo que nos hace sentir más felices.
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