Ser líder no es fácil, no nos engañemos. Sin embargo, el liderazgo no es algo con lo que se nazca, sino que se va cultivando con el tiempo y la experiencia. Habilidades personales como la escucha, la empatía, la fuerza de voluntad y el respeto, entre otras muchas, se deben trabajar a diario para aprender a liderar y llegar a ser un buen jefe, tanto para ti mismo, como para tus empleados.
La figura del líder es imprescindible para que un equipo o departamento funcione. En sus manos está sacar lo mejor de todos en pro de la consecución de objetivos. En muchas ocasiones, es una tarea complicada. Los equipos están formados por personas de distintos perfiles, con conocimientos dispares e intereses propios. El líder debe conseguir que todos trabajen en una misma dirección y lo hagan motivados.
Uno de los consejos más importantes para ser un buen líder es predicar con el ejemplo. El líder debe ser el primero en trabajar duro y asumir responsabilidades. Debe ser consciente de sus fortalezas y debilidades y delegar tareas. Dar mayor responsabilidad a los trabajadores se traduce en motivación y lealtad. Y esto, no se aprende de la noche a la mañana.
La capacidad de liderazgo es una de las habilidades blandas o soft skills más valoradas. Las habilidades blandas son cualidades, hábitos, actitudes y aptitudes sociales que facultan a las personas para moverse por su entorno, trabajar en equipo, relacionarse… Son las que diferencian a personas con la misma formación y experiencia a la hora de resolver un conflicto, relacionarse, emprender…
Las habilidades blandas que todo emprendedor debe poseer
Por sencillo que parezca, más allá de los conocimientos teóricos y experiencia necesaria para poner en marcha un negocio, todo emprendedor debe poseer ciertas habilidades personales. Son las que permiten organizar tareas de forma eficaz, tomar una decisión inteligente, resolver conflictos fácilmente, comunicarse de forma amable con clientes y proveedores, motivar, relacionarse…
- Adaptación camaleónica. La resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos positivamente a las situaciones adversas y, hoy en día, es una de las soft skills más valoradas. Cuando la vida nos pone a prueba, tanto en el ámbito personal como profesional, solemos tener dos opciones: hundirnos y sentir que hemos fracasado o salir fortalecidos y aprender de lo vivido. La resiliencia no es una cualidad innata, sino que, si se trabaja, se desarrolla a lo largo de la vida.
Las personas resilientes son flexibles ante los cambios, asumen las dificultades, son optimistas, objetivas, procuran rodearse de gente positiva… Si lo eres genial y si no, empieza a trabajarlo. Cree en ti, asume tus capacidades, sé flexible, evita el miedo al cambio, rodéate de gente con buena actitud, ponte metas…
- Comunicación efectiva es necesaria para establecer relaciones fluidas, minimizar conflictos, organizar el trabajo en equipo… Es la habilidad que permite a las personas entenderse con todos sus públicos, ya sean trabajadores, clientes, proveedores… Tan importante es saber comunicar las cosas de forma inteligente, transmitiendo los mensajes de forma clara, como practicar una escucha activa. Todos oímos, pero pocos, sabemos escuchar. Tampoco nacemos sabiendo, poco a poco, es una habilidad que debemos cultivar. Además, favorece la empatía el respeto mutuo.
- Trabajo en equipo. El éxito de un equipo reside en la capacidad de liderazgo de la persona que esté al mando. Hemos visto ya las cualidades que debe tener un buen líder. No es lo mismo limitarse a decir a cada empleado lo que tiene que hacer que hacerlo, fomentando el sentimiento de pertenencia, motivando y transmitiendo ilusión y entusiasmo.
Como te hemos contado, predicar con el ejemplo y saber delegar son dos señas de identidad de un buen líder. Para serlo es necesario trabajar la asertividad, la empatía, la escucha activa…
- Capacidad organizativa. Ésta es otra de las habilidades personales que debe tener todo emprendedor. Es cierto que en los proyectos hay que dejar cierto margen a la improvisación, pero cuanto mejor planificado esté todo, mejores serán los resultados. Una buena capacidad de organización permite gestionar con eficacia los recursos propios, los personales, laborales…
Tanto si vas a emprender tu propio negocio, como si ya tienes una empresa o lideras un equipo, piensa cuáles de estas habilidades personales manejas. Identifica tus fortalezas y debilidades y trabaja a diario por mejorar. Aprender de los errores es una de las mejores enseñanzas de la vida.